El próximo domingo 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante, luego de que el 4 de diciembre de 2000 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó esta remembranza a diez años de haber sido había adoptada, diez años atrás -1990- la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.
Los migrantes son fuente de prosperidad, innovación y desarrollo sostenible para sus países de origen, por donde transitan y donde se instalan. A través de las remesas ofrecen un salvavidas para sus familias y su comunidad y estimulan los mercados locales. En el mercado laboral su presencia es muy valiosa, sus conocimientos, sus redes, y sus capacidades contribuyen en gran medida al desarrollo de comunidades resilientes.
Es claro que fortalecer las contribuciones de los migrantes al desarrollo sostenible requiere de esfuerzos colectivos para mejorar la gobernanza de la migración y para abordar los desafíos que los migrantes enfrentan.
Es por ello que, en esta ocasión, aprovecho este espacio para presentar un texto que el migrante hidalguense, Miguel Estrada Martínez, presidente de la Organización Civil Estrada en Dallas, Texas, me hizo llegar y que por su valía consideré ofrecer este espacio a su voz.
Aquí su texto íntegro.
Como organización de migrantes mexicanos le planteamos al estado mexicano en su conjunto, que no abandonen la formación de policías, ya que son la primera autoridad con la que la ciudadanía tiene contacto y en el nuevo sistema procesal penal, son primeros respondientes.
No sigan dejando que los cárteles de la droga tengan a las policías en sus nóminas y bajo sus órdenes.
No dejen en estado de indefensión a la ciudadanía, que debiera sentirse protegida por una policía que le inspire confianza.
Si algo hemos visto en los Estados Unidos de Norteamérica, es el respeto que se le tiene a la policía, sin importar el orden de gobierno al que pertenezcan.
Acá ser policía es una profesión digna y bien remunerada, lo que también acontece en otros países latinoamericanos y del mundo, por qué en México NO tenemos una policía que sirva a la población.
En la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, después de la guerra civil, en el siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, tuvieron problemas con asaltantes de ferrocarriles, de caminos y de bancos, pero esta gran nación y su gente, decidieron NO permitir que su infraestructura ferroviaria y carretera por la que viajan sus ciudadanos así como su sistema financiero pilar de su economía, se viera en peligro y en vergüenza frente al mundo, por lo que le pusieron un alto con punto final.
Hoy en día es inimaginable que tengamos acá incidencia delictiva en estos temas, pues muchas familias de migrantes mexicanos cuando viajamos a México, atravesamos de día y de noche autopistas y carreteras norteamericanas sin ningún riesgo, pero cuando cruzamos la frontera ya no podemos decir lo mismo.
Algo que tampoco podríamos imaginarnos es que las autoridades norteamericanas permitieran el robo de combustibles en sus ductos que los transportan a lo largo y ancho del país, ojalá algún día podamos decir que México se encuentra a la altura de sus socios comerciales como Canadá y los Estados Unidos de Norteamérica, y que también vean lo que han hecho en Centroamérica países como Costa Rica y Panamá, así como Uruguay y Chile en Sudamérica, pasando por la experiencia de Colombia en el combate a los cárteles de las drogas, en fin, estas son algunas razones por las que también ya nuestras familias no quieren regresar a nuestro país pues sexenios van y vienen y sólo oímos discursos y disputas por el poder.
Por favor pónganse a trabajar con humildad y con vocación de servicio. La seguridad pública requiere buenos ciudadanos y buenos policías, pero también de políticos responsables con visión de estado.
Atentamente
Miguel Estrada Martínez, presidente de la Organización Civil Estrada en Dallas, Texas.
Apostilla
Ahora le tocó a Cristian G.B., ex director de Radio y Televisión de Hidalgo ser detenido por el mal manejo realizado en su gestión que llevó a la pérdida de las concesiones de las estaciones de radio que formaban parte de dicho sistema. El compromiso del gobernador Julio Menchaca Salazar por terminar o, cuando menos, frenar el avance de la corrupción va en serio. Ex funcionarios y algunas autoridades locales en funciones se truenan los dedos y prenden veladoras para no ser tocados por la mano de la justicia, ¿será?
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